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Jueves 9

Ahora sí que sí, hoy empieza nuestra aventura en una escuela polaca. Nada más llegar al colegio, Amelia, una alumna de 15 años, nos ha dado la bienvenida y nos ha llevado a una sala preparada para nosotros con los pupitres organizados en grupos de cuatro, manteles por encima, platos con dulces caseros, café y té. Ahí hemos esperado al resto de nuestros compañeros, mientras íbamos intercambiando nuestras primeras impresiones; todas maravillosamente positivas. 

            Poco después nos hemos ido a la casa de cultura del pueblo, muy cercana a la escuela, para ver la representación de una obra de teatro redactada e interpretada por alumnos polacos de entre ocho y quince años. El argumento era de un tema tan universal y real que no hemos tenido problema en entenderlo pese a que aún no tengamos el oído hecho al inglés. A ver si os suena: El protagonista es un niño enganchado a los videojuegos que desobedece a sus padres y trata mal a su hermana. Un hada se le aparece y, para enseñarle una valiosa lección sobre lo realmente importante en esta vida, le hace vivir escenas de videojuegos. Tras una serie de dificultades, el joven se da cuenta de que lo importante no es ganar, sino preocuparse por los demás, ayudarles y tratarles bien. Cuando acaba la lección del hada, el niño vuelve con su familia y aplica lo aprendido, cosa que le hace muy feliz. 

            La representación ha sido genial; se notaba que llevan mese preparándola, así que nos hemos sentido muy agradecidos de que nos honraran con una actividad a la que le han dedicado tanto esfuerzo. La verdad es que ha sido todo un ejemplo de trabajo, valores positivos e ilusión. 

            Después, para acercar lazos con los alumnos polacos, hemos participado en juegos de seguir instrucciones en inglés: salta, baila, haz lo contrario de lo que la profesora diga, corre, agáchate... Tras el calentamiento, nos hemos dividido en grupos para representar, en inglés, cinco cuentos clásicos: Cenicienta, La Bella y la Bestia, La Bella Durmiente, Caperucita Roja y Blancanieves. Tras decidir qué frases iba a decir cada uno, se han disfrazado y han subido al escenario. El resultado final no ha sido de la calidad de la obra anterior, pero nos hemos reído muchísimo y, lo más importante, hemos perdido la vergüenza a hablar en inglés.

            Tras los clásicos, Amelia y su compañera Karolina nos han enseñado una coreografía de baile con la que lo hemos pasado genial. Ideal para abrir apetito, pues después nos esperaba la comida en el comedor del colegio: pollo, judías y puré de patatas. ¡Qué rico!

            Después de comer hemos cogido un tren a Dzialdowo, el pueblo de al lado, donde la bolera nos esperaba para pasar unas horas jugando, riendo, comiendo pizza y hablando con los alumnos polacos. Por cierto, es impresionante lo rápido que nuestros chicos han entablado amistad con ellos, parece que lleven toda la vida siendo amigos y está claro que el idioma no va a ser un impedimento para disfrutar todos juntos estos días. 

D1 Polonia: Portafolio
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